martes, 4 de noviembre de 2008

Depresion post-parto vs nuevo embarazo

La depresión post-parto no me acompañaría por mucho tiempo, era mi segundo hijo pero la primera vez que había sentido estos síntomas tan extraños, lloraba con frecuencia y todo me parecía terrible. Una mirada, un gesto, una palabra eran suficientes para desatar un llanto incontenible. Conversando con una buena amiga de como me sentía, ella me dijo que buscara ayuda que eso no era normal y que debe ser depresión post-parto, al comentárselo a mi pareja solamente apelo a un sermón eterno basado en que yo era dueña de mi destino, que yo creaba as situaciones que me rodeaban y que debía ser mas fuerte que cualquier depresión o cualquier circunstancia. Bastó este sermón tan elocuente y carente , según yo de afecto, para salir de ese gran hoyo en el que me encontraba. Trabajé algunos meses enseñando inglés, pero esto no ayudo por lo visto me sentía muy infeliz cada vez que tenía que sacar mi leche en las pausas, extrañaba a mi bebe que se quedaba en casa y me ponía muy irritable cuando los niños se portaban mal. Era una lucha conmigo misma por salir de la depresión que aun creo yo no se había solucionado, y tratar de mantenerme en un trabajo que no era lo que yo buscaba pero que por lo menos me mantenía distraida y me hacia sentir útil para alguien . En casa me esperaba ya el conflicto de atender a mi bebe pequeño y un sueño creciente y un cierto malestar. Pasados algunos días confirmaría que la somnolencia tenia una explicación creciente en mi útero. Si a los cinco meses de haber dado a luz a mi segundo hijo y a pesar de estar dando de lactar y tener colocado un dispositivo intrauterino, estaba embarazada nuevamente y esta vez de gemelos. Mi pareja y yo habíamos tenido algunas discusiones bastante fuertes e incluso habíamos hablado del tema de separarnos, pero todo había quedado ahí. Ahora con esta nueva noticia cambiaba mucho el panorama, nuevamente la vida nos volvía a dar una razón para permanecer juntos, o por lo menos nosotros los interpretábamos así

jueves, 30 de octubre de 2008

Lo que comienza bien termina bien

Desde el día en el que tomamos la decisión de tener a nuestro bebé a pesar de las circunstancias en las que fue concebido, muy dentro de nosotros sabíamos que esto terminaría en separación. Después de estar un mes saliendo juntos y de no haber tenido relaciones, quede embarazada en la segunda vez de estar juntos y a pesar del uso de preservativos.

El iba a terminar conmigo cuando nos enteramos que estábamos esperando un bebé, y fue en ese momento que tomó la decisión de quedarse conmigo por ese bebe que pronto vendría. Comenzamos mal y como dicen por ahí lo que empieza mal termina mal, pues en este caso creo que lo nuestro empezó bien porque era un amor bonito y ahora termina bien porque cada uno seguirá su camino y será mas feliz.

La relación en principio no era mala aun estábamos llenos de ilusiones y esperanzas, aunque no alcanzaba para que fuéramos totalmente felices. Yo me molestaba mucho cuando el se hacia tarde con sus amigos, me sentía abandonada, con frecuencia mi reclamo era : Yo estoy embarazada y cualquier cosa puede pasarme y tu jugando con tus amigos. Muchas mujeres darían lo que fuera porque el marido se fuera a jugar en red y no se fuera a tomar y a burdeles… Pero a mi no me alcanzaba yo quería mas, quería un compañero, un amigo, un cómplice. Quería alguien quien me amara tanto que quisiera compartir conmigo cada minuto cada instante, que conversáramos sin parar hasta la madrugada como cuando éramos novios.

La noche no nos alcanzaba, muchas veces a escondidas, hablábamos de lo mágico de nuestra relación, de lo maravilloso que era encontrarnos en esta vida como en muchas otras anteriores. Vivíamos un cuento de hadas incluso uno más maravilloso, más romántico y según nosotros más real. Al fin el universo nos reunía al fin estaríamos juntos para ser felices para toda la vida.

Yo ya tenia una hija fruto de una relación anterior, pero ni eso fue impedimento para que soñáramos con una nueva familia, el tenía una buena relación con mi bebe de cuatro años. Se querían, ella aprendió a aceptarlo y a apreciarlo. Cuando nació mi muñequito de chocolate las cosas empezaron a cambiar más. Para empezar mi primera hija quedo en segundo lugar, el amor del nuevo padre de ese lindo varón de ojos grandes y pestañas eternas, ya no alcanzaba para otra niña que no era  suya.

Yo también sentiría esa falta de amor, las dos nos quedaríamos relegadas por el deslumbrado nuevo hombre que se había convertido en padre por primera vez, me sentí sola, sentía que el no me quería a mi sino a mi panza mientras estuve embarazada y ahora que ya no llevaba nada suyo dentro de mi, yo carecía de valor alguno. Había cumplido con mi misión de cuidar ese encargo y ahora que ya lo había entregado ya me podía marchar sin siquiera recibir un agradecimiento.

Una noche el, como algunas otras veces, decidió irse con sus amigos a jugar en red, increíble mi bebe tenía menos de un mes, y ahí estaba yo con un bebe y nuevamente sola. Encerrada por la dieta, muy gorda por el embarazo, y triste porque ya no tenia pareja. La depresión post-parto no tardó en llegar, me visitó y decidió quedarse conmigo y hacerme compañía en esa terrible soledad que estaba viviendo.